El día 8 de octubre de 2008 escribí un poema, dedicado al 11-M, que, recitado por mí en diferentes tertulias literarias de Madrid, provocó mi expulsión de la que tiene lugar en el Círculo de Bellas Artes. Lo publico ahora en esta tribuna, precedido de las palabras que le sirven de preámbulo, para que se tenga idea clara del grado de persecución a que se ve sometida, en ciertos ambientes culturales, la libertad de expresión.

Dos días después de aquel terrible 11 de marzo, muchos formaron rebaño, en plena jornada de reflexión, para exigir al Gobierno la verdad de lo ocurrido. Me pregunto dónde están hoy. El día 11 de cada mes, unos llamados Peones Negros, que, de verdad, quieren saber quiénes se encuentran detrás de aquella matanza, acuden a la estación de Atocha, con ánimo de honrar a las víctimas de tan tremendo atentado. En ellos pensaba cuando, en octubre de 2008, escribí estos versos. Me encantaría tener la oportunidad de recitárselos a Zapatero; pero no a solas, sino en un abarrotado Congreso de los Diputados, ante mil cámaras de televisión, en nombre de las víctimas del 11-M.


Fernando Lago

Poema dedicado al 11-M

lunes, 29 de noviembre de 2010

Elecciones en Cataluña



     Dentro del juego político de esta democracia tan imperfecta que nos tocó en suerte, los partidos han vuelto a pedir a los ciudadanos, esta vez en Cataluña, lo único que quieren de ellos: el voto. Lo de menos es el resultado obtenido; lo de más -no pretendo hacer un chiste fácil-, la materia prima que lo produjo.
     En una agrupación de animales de una misma especie, que estuvieran organizados democráticamente, el elegido para gobernarlos sería, en buena lógica, un individuo de tal especie. A modo de ejemplo, un rebaño de ganado lanar, que viviese con arreglo a los principios democráticos, pondría, al frente de su Gobierno, a un cordero, tal vez a una oveja, quizás a un borrego; pero jamás a un animal de probada inteligencia. A tu discreción dejo, lector, que apuntes, siquiera mentalmente, qué individuo se hallaría al frente del poder ejecutivo de una manada de cerdos con ínfulas democráticas.
     Viene lo anterior a cuento de la imperfecta democracia que señalaba al principio, como propia de nuestra nación. Porque España padece hoy un régimen, aparentemente democrático, que la conduce al desastre. El pueblo español, la materia prima que encumbra a sus políticos, es mayoritariamente inculto, ignorante, y, mientras el Gobierno -cualquier Gobierno- no se ocupe de sacarlo de la postración mental inveterada en que se encuentra, elegirá, para su desgracia, a políticos incultos e ignorantes. Cataluña no es la excepción. No puede ser de otra manera. ¿Cabe pensar que un pueblo cultivado, capaz de discernir lo que le conviene, de aquello que le perjudica, pueda elevar, a la Presidencia del Gobierno, a un inútil del tamaño de Zapatero? En modo alguno. Un individuo como este, al frente de un Gobierno democrático, repugna a la razón y da la medida del desdichado colectivo humano que lo eligió.


Barlovento Maciñeira



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