Vida oculta de Pepiño Blanco
(Capítulo 32)
Los de Lamacido estaban hartos del costoso juego de Pepiño Blanco; pero no por el juego en sí, que bien inocente era, sino porque, al producirse la explosión del fuego, las varillas, cada una con su billete de mil pesetas, caían siempre en Monteceiros. Así que, una tarde, el zapatero de la aldea, que acababa de ser nombrado Presidente de la C.S.A.L. (Célula Socialista Agraria de Lamacido), se acercó a Pepiño Blanco, y, dándole un beso, le dijo:
- Tienes que conseguir, Pepiño, que las varillas de los fuegos caigan en Lamacido.
Pepiño Blanco transmitió el mensaje al "fogueteiro", su álter ego, y éste, que por algo era japonés, lo entendió a su manera. Y, como, además de entenderlo a su manera, Tekito Tanko estaba programado para el cálculo matemático que le permitiera resolver el problema planteado, Tekito llegó a la conclusión, tras varias horas de cavilación profunda, de que la única forma de asegurarse la caída de las varillas en Lamacido era disparar los cohetes, apuntando directamente a Lamacido.
Aquella tarde, el juego preferido de Pepiño Blanco duró menos que otras veces. Tekito Tanko sólo pudo disparar tres fuegos, porque, el primero, demoledor, había destrozado el nuevo local de reuniones clandestinas de la Célula Socialista Agraria de Lamacido; el segundo, había matado al gallo "Mandacarallo", que se bastaba, él solito, para satisfacer a todas las gallinas ponedoras de Lamacido, Monteceiros, Folgoso, Reboredo y Brancaña; y, el tercero, francamente destructivo, había arrasado, por completo, el taller del zapatero.
En la madrugada siguiente, las gallinas ponedoras de Lamacido, Monteceiros, Folgoso, Reboredo y Brancaña no oyeron a "Mandacarallo" anunciar el nuevo día. Tardaron poco en saber que el gallo había muerto. Y, después de asistir a su entierro, se mantuvieron de riguroso luto durante mes y medio, y, en ese tiempo, no pusieron un solo huevo.
Tío Chinto de Couzadoiro
Enlace al Capítulo 33: "O fogueteiro"
Enlace a "Vida oculta de Pepiño Blanco": Los 39 primeros
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¡Pobre Mandacarallo Encohetado
ResponderEliminary Mandado dó Su Nombre Indicaba!
¿Qué Hacía el Tal Pepiño que Mandaba
en el Robot Aquel Descarallado?
Se Ignora. Y Aún Comenta, el Pueblo Llano,
Que si el Invento, Dió Tres Mil Pesetas,
Causó Daños Dañinos y Más Caros
que Una Guerra a Bombas y Disparos,
Con los Que Entretener las Pataletas...
Gracias a la CSAL ¡Que Desamparos!
El Taller del Remendón, Está en Ruinas
Su Logia,Igual, Hecha Arenas Finas
Y de sus Madres ¡SE ACUERDAN LAS GALLINAS!
Que el Único Blasón de Lamacido
Mandó Al Carallo Tekito el Malparido.
¡Juajuajuajuajuajuajuajuajuajuajuajuajuajuajjaa!
Aplausos
Me Hubiera encantado Inmortalizar en Vídeo el "EVENTO COHETERO", Querido Tío Chinto.
Sólo con Ver Las Caras delos Miembros/as/es dela CSAL y su Ambicioso y "LISTILLO" Presidente Me Estaría Descarallando por Mucho Tiempo...
Ya Véis. ¡Eso se Llama Ir por LANA y Salir Por Patas Rumbo a la Costa Da Morte!
Me Alegra Ver que No Decae el Ingenio Ni el Estilo.
Y me Pregunto... ¿Irán los de la CSAL en Unión de Una Procesión Gemebunda de Gallinas Viudas y Pollitos Huérfanos, A RECLAMAR A ESTACAZOS Y PICOTAZOS "JUSTICIA" ANTE TAL DESMADRE Y ATENTADOS EN SERIE?
Ardo en Deseos de Que Despejéis la Incógnita...
Un Cordial Saludo
Un Brindis.
Buenos Ensayos
y
¡¡RIAU RIAU!!
Don Tío Chinto, menuda pareja el Pepiño y Taquito ahora entiendo la destrucción generada en su adulted, claro con esa infancia. Espero que nos quede mucho por leer. Por cierto ¿No se tripearon con arroz a Mandacarallo?. Pues seria por que los sociatas estaban también descarallaos. Saluditos.
ResponderEliminarGracias por esta nueva entrada de Pepiño.
ResponderEliminarTenéis la virtuosísima virtud, amigo Old Nick, de hacerme reír. Bien sabéis, es cosa sabida, que el humorista, en el momento de escribir sus historias de humor, no acostumbra ni siquiera a sonreír. Yo, al menos, no lo hago nunca; y, cuando alguien describe, como vos lo hacéis ahora, con sus propias palabras, lo que acaba de leer, ¡es que me parto!
ResponderEliminarGracias os doy por ello, amigo Old Nick, que lo que vemos a nuestro alrededor, en el terreno político, pocas ocasiones nos da para la risa optimista.
Cordial saludo,
brindis.
buenos ensayos
y
¡¡RIAU RIAU!!
No me consta, amigo Zorrete, que algunos lamacidenses dieran cuenta de "Mandacarallo", con un buen arroz; sospecho que no, porque todas las gallinas de la comarca lo habrían impedido. ¡Menudas eran ellas, para consentir tal ofensa! Y, además, como bien observas, el "fogueteiro" tiró a dar al colectivo sociata, y lo dejó maltrecho.
ResponderEliminarCordiales saluditos.
Gracias a ti, amigo Paco, por tu fidelidad a la "Vida oculta de Pepiño Blanco".
ResponderEliminarUn cordial saludo.
De una hazaña así, sólo podía ser protagonista Pepiño con ayuda de un "zapatero" jaja, saludiños
ResponderEliminarEsa pareja ha nacido para llevar a término grandes proezas, Maribeluca.
ResponderEliminarAhora mismo salto a tu blog, porque no sólo de ensayos vive el hombre. No sé si esto lo ha dicho alguien alguna vez; pero, si no es así, lo digo yo.
Cordiales saludiños, Maribeluca.
¡Menudo artillero se perdieron las fuerzas imperiales en la II Guerra Mundial, Tío Chinto!
ResponderEliminarCon unos cuantos como éste, no hay flota americana que se resista!
El pobre Tekito, abrumado por los cálculos algorítmicos...
Un abrazo, bloguero.
¡Ni kamikazes harían falta, amigo Herep! Lamacido le viene pequeño a su capacidad destructiva. Está hecho para los grandes espacios. El Pacífico sería el adecuado para él.
ResponderEliminarUn cordial abrazo bloguero, Herep.
Lo de Pepiño Blanco es de película italiana, con aquel famoso actor Toto, o Vittorio Gassman, aquellas increíbles películas en Pepiño y negro (Blanco y Negro)
ResponderEliminar¿Como tiene que estar este País antes llamado España para que un "miserable roedor" Pueda tener el mando que tiene en el desgobierno actual.
La cara la sigue teniendo de los de llevar las fotocopias en la sede del Psoe, pero los trajes valen man de 3.000 € (lo se porque son los que yo llevo)
Un saludo muy ordial
No se puede entender de ninguna manera, Vicente, que semejante inútil haya alcanzado la elevación que hoy tiene. Y lo más triste del caso no es que esté donde está, sino que, como él, los haya a docenas ocupando puestos relevantes. Se diría que son todos ellos, y todas ellas, tacos de la madera zapateril. Eso explicaría, al menos en parte, la proliferación de mendrugos en torno al de León.
ResponderEliminarUn cordial saludo.
Después de ver a Zapatero llegar a ser presidente del desgobierno de España, el gran filosofo contemporáneo Pepiño Blanco puede ser cualquier cosa que se proponga, sexador de pollos, por poner un ejemplo.
ResponderEliminarSaluidos.
Incluso, enderezador de barras de turrón que le salgan torcidas a Monerris Planelles. Pepiño Blanco es el prototipo, amigo Carlos, del hombre hecho a sí mismo, como lo es el propio Zapatero. Con esos mimbres pueden hacerse unos cestos gubernamentales, que no veas. Todo un lujo.
ResponderEliminarUn cordial saludo.
Buscando un rato de diversión, me encuentro con el drama del fallecimiento del probe Mandacarallo.
ResponderEliminarMenos mal que el Sr. Rubio lo arregló con lo de las pelis de Pepiño y Negro.
Sí, fue una pérdida irreparable, amigo Pochito, un hecho verdaderamente luctuoso. Creo que lo de las pelis en Pepiño y Negro es todo un hallazgo.
ResponderEliminarUn cordial saludo, Pochito.