El Muy Honorable Mas, grotesco Minipresidente del Minigobierno de Cataluña, se tiene por un hombre astuto. No hace mucho, llegó a compararse con el bíblico David, que, a base de astucia, había derribado, de certero hondazo, al imponente gigante Goliat. Ya sabemos que el político es hombre locuaz, y que la locuacidad incontenible lo lleva, en muchas ocasiones, a decir gilipolleces. No es este el caso de Mas, porque, a don Arturo, la locuacidad lo aleja de las chorradas, y se le vuelve astucia. Ayer mismo, nos dio una muestra inequívoca de su proverbial zorrería, cuando lo vimos tendido en el suelo, con un pie de Goliat pisándole el pescuezo. Presumo que, a partir de ahora, como consecuencia del gigantesco pisotón, don Arturo Mas va a quedar sin la verborrea que se le vuelva astucia.
Tío Chinto de Couzadoiro
"Vida oculta de Pepiño Blanco"
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