El día 8 de octubre de 2008 escribí un poema, dedicado al 11-M, que, recitado por mí en diferentes tertulias literarias de Madrid, provocó mi expulsión de la que tiene lugar en el Círculo de Bellas Artes. Lo publico ahora en esta tribuna, precedido de las palabras que le sirven de preámbulo, para que se tenga idea clara del grado de persecución a que se ve sometida, en ciertos ambientes culturales, la libertad de expresión.

Dos días después de aquel terrible 11 de marzo, muchos formaron rebaño, en plena jornada de reflexión, para exigir al Gobierno la verdad de lo ocurrido. Me pregunto dónde están hoy. El día 11 de cada mes, unos llamados Peones Negros, que, de verdad, quieren saber quiénes se encuentran detrás de aquella matanza, acuden a la estación de Atocha, con ánimo de honrar a las víctimas de tan tremendo atentado. En ellos pensaba cuando, en octubre de 2008, escribí estos versos. Me encantaría tener la oportunidad de recitárselos a Zapatero; pero no a solas, sino en un abarrotado Congreso de los Diputados, ante mil cámaras de televisión, en nombre de las víctimas del 11-M.


Fernando Lago

Poema dedicado al 11-M

viernes, 30 de enero de 2015

El "crecepelo" de Pablo


Twitteando con escopeta (157)

Las milagrosas virtudes de Podemos vienen a ser el "crecepelo" definitivo que el charlatán Pablo Iglesias pretende vendernos.

No permitas que la calvicie te deje el coco como un melón. Da tu voto, sin temor, al "crecepelo" Podemos, y vuélvete un pelanas.

Pablo Iglesias es el charlatán de feria que quiere vendernos el "crecepelo" Podemos. ¡Con Podemos, todos más calvos!

Si la tienes corta, ¡no te preocupes! Con el "crecepelo" Podemos, tu coleta se alargará, por lo menos, veintidós centímetros.

Pablo Iglesias quiere vendernos, a precio de saldo, el "crecepelo" Podemos. ¡Con Podemos, la coleta alargaremos! 

Tío Chinto de Couzadoiro

3 comentarios:

  1. Antes de las europeas, me parece que fue aquí donde lo escribí, dije que los comunistas iban a ir a votar todos mientras que muchos votantes del PP declaraban la guerra a su partido.

    No nos rasguemos las vestiduras ahora.

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