El día 8 de octubre de 2008 escribí un poema, dedicado al 11-M, que, recitado por mí en diferentes tertulias literarias de Madrid, provocó mi expulsión de la que tiene lugar en el Círculo de Bellas Artes. Lo publico ahora en esta tribuna, precedido de las palabras que le sirven de preámbulo, para que se tenga idea clara del grado de persecución a que se ve sometida, en ciertos ambientes culturales, la libertad de expresión.

Dos días después de aquel terrible 11 de marzo, muchos formaron rebaño, en plena jornada de reflexión, para exigir al Gobierno la verdad de lo ocurrido. Me pregunto dónde están hoy. El día 11 de cada mes, unos llamados Peones Negros, que, de verdad, quieren saber quiénes se encuentran detrás de aquella matanza, acuden a la estación de Atocha, con ánimo de honrar a las víctimas de tan tremendo atentado. En ellos pensaba cuando, en octubre de 2008, escribí estos versos. Me encantaría tener la oportunidad de recitárselos a Zapatero; pero no a solas, sino en un abarrotado Congreso de los Diputados, ante mil cámaras de televisión, en nombre de las víctimas del 11-M.


Fernando Lago

Poema dedicado al 11-M

viernes, 5 de julio de 2013

Palacio de la Junta




Twitteando con escopeta (71)


Cada noche, San Telmo se caga en las madres que parieron a todos los que, durante el día, invaden su noble Palacio.

Como la paciencia tiene un límite, San Telmo quiere ya liarse a hostias con los que llenan de mierda su Palacio.

En el silencio de la noche, San Telmo va diciendo, a voz en grito por todo el Palacio, que está del socialismo hasta las mismas pelotas.

El venerable San Telmo está hasta los cojones de soportar el nauseabundo olor a mierda que desprende su Palacio.

San Telmo tiene preparado un látigo, para expulsar, como Jesús, a quienes convirtieron su Palacio en cueva de ladrones.


Tío Chinto de Couzadoiro


Pepiño Blanco ya era socialista en el vientre de su madre. 
Pepiño Blanco nunca supo distinguir una sartén de un botijo. 
Pepiño Blanco gozó de la protección de San Zoilo de Pastrana.

Enlace a "Vida oculta de Pepiño Blanco":   Los 39 primeros



2 comentarios:

  1. San Telmo estaría de acuerdo en cambiarle el nombre al famoso palacio y que se le ponga el de Alí Babá y sus cofrades, entre socialistas y sindicalistas -todos ladrones-, a la voz de ¡Ábrete, Sésamo!

    También se podría llama el palacio de José María El Tempranillo.

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