El día 8 de octubre de 2008 escribí un poema, dedicado al 11-M, que, recitado por mí en diferentes tertulias literarias de Madrid, provocó mi expulsión de la que tiene lugar en el Círculo de Bellas Artes. Lo publico ahora en esta tribuna, precedido de las palabras que le sirven de preámbulo, para que se tenga idea clara del grado de persecución a que se ve sometida, en ciertos ambientes culturales, la libertad de expresión.
Dos días después de aquel terrible 11 de marzo, muchos formaron rebaño, en plena jornada de reflexión, para exigir al Gobierno la verdad de lo ocurrido. Me pregunto dónde están hoy. El día 11 de cada mes, unos llamados Peones Negros, que, de verdad, quieren saber quiénes se encuentran detrás de aquella matanza, acuden a la estación de Atocha, con ánimo de honrar a las víctimas de tan tremendo atentado. En ellos pensaba cuando, en octubre de 2008, escribí estos versos. Me encantaría tener la oportunidad de recitárselos a Zapatero; pero no a solas, sino en un abarrotado Congreso de los Diputados, ante mil cámaras de televisión, en nombre de las víctimas del 11-M.
Fernando Lago
Por más que no lo queramos
ResponderEliminarArtur Mas llegó a la cumbre
y... aunque algunos lo dudamos
no hay astro que lo deslumbre
porque es tal la brillantez
que desprenden sus destellos
y tan grande la estulticia
de quien se lucra con ellos
que por más que Mas se apague
siempre habrá otro que lo pague.
Un abrazo y... a seguir esperando mientras Mas se llena el cazo que en el gobierno no hay quien diga: ¡basta, caray!
¡Buenos versos, amigo Javier, y gran verdad! Seguiremos esperando a que le den el ansiado tortazo.
Eliminar¡Un cordial abrazo!
Estupendo post. Lo mejor ha sido el descalabro del enano saltarín.
ResponderEliminar¡Muchas gracias, si, bwana! ¡Un cordial saludo!
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