14 de abril de 2009
El día 8 de octubre de 2008 escribí un poema, dedicado al 11-M, que, recitado por mí en diferentes tertulias literarias de Madrid, provocó mi expulsión de la que tiene lugar en el Círculo de Bellas Artes. Lo publico ahora en esta tribuna, precedido de las palabras que le sirven de preámbulo, para que se tenga idea clara del grado de persecución a que se ve sometida, en ciertos ambientes culturales, la libertad de expresión.
Dos días después de aquel terrible 11 de marzo, muchos formaron rebaño, en plena jornada de reflexión, para exigir al Gobierno la verdad de lo ocurrido. Me pregunto dónde están hoy. El día 11 de cada mes, unos llamados Peones Negros, que, de verdad, quieren saber quiénes se encuentran detrás de aquella matanza, acuden a la estación de Atocha, con ánimo de honrar a las víctimas de tan tremendo atentado. En ellos pensaba cuando, en octubre de 2008, escribí estos versos. Me encantaría tener la oportunidad de recitárselos a Zapatero; pero no a solas, sino en un abarrotado Congreso de los Diputados, ante mil cámaras de televisión, en nombre de las víctimas del 11-M.
Fernando Lago
lunes, 14 de marzo de 2011
Flor y nata
14 de abril de 2009
Por supuesto que la colaboración del Lombrices(léase Rubalacaba), será totalmente nula, pero aún así, estoy seguro que al final se sabrá la verdad, como ocurrió con el gal, y ese día se soltará mucha mierda.
ResponderEliminar¡Hola, Mamuma!
ResponderEliminarYo también estoy convencido de que acabaremos sabiéndolo todo, por terrible que pueda ser. Y, efectivamente, saldrá toda la porquería que algunos fueron acumulando a lo largo de muchos años.