El día 8 de octubre de 2008 escribí un poema, dedicado al 11-M, que, recitado por mí en diferentes tertulias literarias de Madrid, provocó mi expulsión de la que tiene lugar en el Círculo de Bellas Artes. Lo publico ahora en esta tribuna, precedido de las palabras que le sirven de preámbulo, para que se tenga idea clara del grado de persecución a que se ve sometida, en ciertos ambientes culturales, la libertad de expresión.
Dos días después de aquel terrible 11 de marzo, muchos formaron rebaño, en plena jornada de reflexión, para exigir al Gobierno la verdad de lo ocurrido. Me pregunto dónde están hoy. El día 11 de cada mes, unos llamados Peones Negros, que, de verdad, quieren saber quiénes se encuentran detrás de aquella matanza, acuden a la estación de Atocha, con ánimo de honrar a las víctimas de tan tremendo atentado. En ellos pensaba cuando, en octubre de 2008, escribí estos versos. Me encantaría tener la oportunidad de recitárselos a Zapatero; pero no a solas, sino en un abarrotado Congreso de los Diputados, ante mil cámaras de televisión, en nombre de las víctimas del 11-M.
Sin duda, Sevilla Opina, una nueva ley de partidos, que se cumpla, la necesitan todos ellos. Pero el partido al que me refiero necesita algo específico. ¿Qué será?
La respuesta es la primera opción para poder satisfacer adecuadamente la tercera
ResponderEliminarPosiblemente, Paco. Pero estar por ver que lo tengan. A veces, lo que más necesitamos ... es lo que menos buscamos.
ResponderEliminarUn cordal saludo.
Una nueva ley de partidos
ResponderEliminarSin duda, Sevilla Opina, una nueva ley de partidos, que se cumpla, la necesitan todos ellos. Pero el partido al que me refiero necesita algo específico. ¿Qué será?
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