El día 8 de octubre de 2008 escribí un poema, dedicado al 11-M, que, recitado por mí en diferentes tertulias literarias de Madrid, provocó mi expulsión de la que tiene lugar en el Círculo de Bellas Artes. Lo publico ahora en esta tribuna, precedido de las palabras que le sirven de preámbulo, para que se tenga idea clara del grado de persecución a que se ve sometida, en ciertos ambientes culturales, la libertad de expresión.

Dos días después de aquel terrible 11 de marzo, muchos formaron rebaño, en plena jornada de reflexión, para exigir al Gobierno la verdad de lo ocurrido. Me pregunto dónde están hoy. El día 11 de cada mes, unos llamados Peones Negros, que, de verdad, quieren saber quiénes se encuentran detrás de aquella matanza, acuden a la estación de Atocha, con ánimo de honrar a las víctimas de tan tremendo atentado. En ellos pensaba cuando, en octubre de 2008, escribí estos versos. Me encantaría tener la oportunidad de recitárselos a Zapatero; pero no a solas, sino en un abarrotado Congreso de los Diputados, ante mil cámaras de televisión, en nombre de las víctimas del 11-M.


Fernando Lago

Poema dedicado al 11-M

viernes, 17 de junio de 2011

San Zoilo de Pastrana



Vida oculta de Pepiño Blanco
(Capítulo 21)

     Desprender a Pepiño Blanco de los brazos de San Zoilo de Pastrana resultó tarea ardua. Primero, porque la peana se hallaba a considerable altura; y segundo, por la resistencia heroica que San Zoilo ofreció al esforzado intento de Casildo "das pallas" de quedarse con el niño. Tan mal se vio Casildo, en lo alto de una larga escalera de mano, que don Vicente, el párroco, por no oír las blasfemias que Casildo profería contra el santo, ordenó al coro que cantase con más fuerza, especialmente a Marcelina, la soprano con voz de bajo. Jamás se había visto cosa igual en Lamacido. San Zoilo de Pastrana, que, con una mano, protegía a Pepiño Blanco, y, con la otra, daba soberbios tortazos a Casildo, separaba, al mismo tiempo, con el pie derecho, la escalera, de su punto de apoyo en la peana. Casildo "das pallas", que, por la altura a que se encontraba, se había convertido en blasfema voz solista del coro parroquial, viendo que la escalera alcanzaba por momentos la vertical, fue presa del pánico, y pidió ayuda a gritos. Diez minutos después, colocaron otra larga escalera, y por ella subió, con una ametralladora, el comandante de puesto de la Guardia Civil. Y, cuando llegaba a la altura de Casildo, éste le habló con tono autoritario.
- ¡Métalle catro tiros, coño, que non deixa de darme hostias!
Pero San Zoilo, sin inmutarse, le quitó el tricornio, y se lo puso al niño. El comandante de puesto, entonces, a punto estuvo de caer de lo alto de la escalera, al sentirse tentado a cuadrarse ante el tricornio que a Pepiño Blanco le ocultaba la cabeza.
     Cuatro horas más tarde, con la iglesia abarrotada de aldeanos de Lamacido y de gente llegada de Ladrido y Espasante, Casildo "das pallas" y el comandante de puesto de la Guardia Civil bajaron, cada uno por su escalera, y dejaron a Pepiño Blanco en los brazos de Maruxa. Aseguran algunos, que, antes de abandonar el templo, observaron una lágrima que se desprendía de un ojo de San Zoilo; y que, ya con la iglesia cerrada, podían oírse sus gemidos desconsolados.

Tío Chinto de Couzadoiro

Enlace al Capítulo 22:   "Roldán"
Enlace a "Vida oculta de Pepiño Blanco":   Los 39 primeros   
       

8 comentarios:

  1. Al igual que San Zoilo millones de españoles derramamos no una lágrima, sino cientos cada vez que evocamos al personaje...

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  2. Pero esas lágrimas, Natalia, tendrán la virtud de convertirse en un mar que será causa del naufragio socialista. Esa es, al menos, nuestra esperanza.

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  3. Juajuajuaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa

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  4. No sé bien, Maribeluca, si te falta o te sobra una "a".

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  5. Hola, bello blog, íntimas,profundas letras le visten, si te va la palabra elegida, la poesía, te invito a mi casa, será un placer,es,
    http://ligerodeequipaje1875.blogspot.com/
    buen domingo, besos sinuosos..

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  6. Pobre Pepiño -¡perdón, D. José!. Le auguro una larga travesía por el desierto, porque no creo que Galcedo le tenga en cuenta para nada.

    Un abrazo

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  7. Agradezco los elogios que haces de mi blog, don vito andolina, y acepto la invitación que me haces para que me pase por tu casa.
    Un cordial saludo.

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  8. Verdaderamente, tu augurio se cumplirá, José Luis, porque el Blanco José tiene los días contados. ¡Que le den morcilla, pero de la mala!
    Un cordial saludo.

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