El día 8 de octubre de 2008 escribí un poema, dedicado al 11-M, que, recitado por mí en diferentes tertulias literarias de Madrid, provocó mi expulsión de la que tiene lugar en el Círculo de Bellas Artes. Lo publico ahora en esta tribuna, precedido de las palabras que le sirven de preámbulo, para que se tenga idea clara del grado de persecución a que se ve sometida, en ciertos ambientes culturales, la libertad de expresión.

Dos días después de aquel terrible 11 de marzo, muchos formaron rebaño, en plena jornada de reflexión, para exigir al Gobierno la verdad de lo ocurrido. Me pregunto dónde están hoy. El día 11 de cada mes, unos llamados Peones Negros, que, de verdad, quieren saber quiénes se encuentran detrás de aquella matanza, acuden a la estación de Atocha, con ánimo de honrar a las víctimas de tan tremendo atentado. En ellos pensaba cuando, en octubre de 2008, escribí estos versos. Me encantaría tener la oportunidad de recitárselos a Zapatero; pero no a solas, sino en un abarrotado Congreso de los Diputados, ante mil cámaras de televisión, en nombre de las víctimas del 11-M.


Fernando Lago

Poema dedicado al 11-M

miércoles, 26 de septiembre de 2012

La gran jugarreta




Ingratitud de Baldomero (3)

     Ya sé que no es habitual hablar del propio pene. Se considera de mal gusto. ¡Y con razón! No está bien divulgar nuestras intimidades.
     Si yo lo hago, es por un motivo poderoso. Mi pene, al cabo de muchos años, me está buscando las cosquillas. Aun así, pido disculpas por mi poca delicadeza.
   Decididamente, Baldomero tiene alma socialista. Y, sin contar conmigo, quiere afiliarse al partido de Pablo Iglesias. Para mí, es una batalla perdida.
    Me chantajea, a todas horas, para que ceda a su disparatada pretensión; pero yo, a mi manera, he aprendido, también, a servirme del chantaje.
   Últimamente, cuando trata de imponerme su voluntad por cojones, lo amenazo, con la misma intransigencia, con no ponerlo a mear.
     Yo sé que, en el fondo, Baldomero no es malo. Tiene buen corazón. Pero ha llegado a un punto en que se hace necesario un correctivo.
     Ayer, Baldomero dio un portazo, y se fue a la sede del partido socialista, con intención de afiliarse a él. Quedé muy abatido, pensando que no podía hacerme eso.
     Lo atendió el señor Alfredo, un hombre calvo, de barba descuidada y aspecto desaseado, que lleva los asuntos de afiliación.
     Al incorporarse Baldomero, para estampar su firma en el impreso, no pudo contenerse, y soltó, sobre la mesa de don Alfredo, la gran meada de su vida.
    Reconozco que obré mal. Baldomero fue rechazado. Hacía más de cuatro días que no lo ponía a mear. Baldomero dejó perdida la mesa de don Alfredo, bajo la atenta mirada de un retrato de Pablo Iglesias.

Lajo Demos

       

lunes, 24 de septiembre de 2012

Nuevas de Baldomero




Ingratitud de Baldomero (2)

     Mentiría si dijera que no me preocupa, seriamente, la persistente rebeldía que, últimamente, manifiesta Baldomero.
    Mi pene nunca había sido así. Dócil en todo momento, puedo decir, con orgullo, que jamás me había faltado al respeto.
   Es más, puedo asegurar que no será fácil encontrar, en la redondez del planeta, un pene tan servicial como el mío.
     Más aún, doy fe de que su hoja de servicios resulta tan ejemplar que no se hallará en ella constancia de un solo gatillazo.
    En ningún momento se negó a acompañarme; ni siquiera cuando se trataba de una adormecedora conferencia del soporífero Muñoz Molina.
     Pero, ahora, todo es distinto. Se ha "encoñado" con una almeja socialista que lo está llevando a la perdición.
     Y, como sé muy bien que tira más pelo de almeja que estacha marinera, le exijo, a Baldomero, que a las 10 esté en casa.
     Mi pene se ha vuelto nacionalista. Y se sirve del chantaje más burdo para alcanzar su meta independentista.
     ¡Me duele reconocer, en medio de tanta deslealtad, que Baldomero, otrora pene ejemplar, me tiene cogido por los huevos!
      Cuando dice que quiere afiliarse al PSOE, le respondo: ¡Pues que te ponga a mear Alfonso Guerra! Y, el muy descarado, me replica que ve más dispuesta a Leire Pajín.

Lajo Demos


          

jueves, 20 de septiembre de 2012

Baldomero




Ingratitud de Baldomero (1)


        Desde su nacimiento, se vio que mi pene no llegaría muy lejos. Hoy, en franca regresión, permanece cabizbajo y pensativo.
     Mi pene me lleva quince años. Pero se diría que yo le llevo veinte. En el fondo, siempre ha sido un inmaduro.
     Mi pene me ha salido respondón. De un tiempo acá, prefiere quedarse en casa, cuando yo voy a la calle.
     ¡Se ha enamorado! Mi pene está saliendo con una almeja, y habla ya de irse a vivir con ella.
     Mi pene me defrauda cada día más. Últimamente, le encuentro parecido con un conocido sindicalista que lleva gafas.
   Mi pene se llama Baldomero. Y anda en malos pasos. Pretende, mal aconsejado, dedicarse a la política.
    Baldomero es tartamudo. Pero tiene muy buena voz. Cuando canta "La Internacional", el himno dura más de media hora.
     Mi pene quiere ser el abanderado de la revolución comunista internacional. ¡Arriba, parias de la Tierra! ¡En pie, famélica legión!
     Baldomero está fuera de la realidad. Es un capullo de marca, un verdadero tonto de los cojones.
     Nada tengo en contra de mi pene. Pero me repatea que, a estas alturas, me salga con que quiere afiliarse al PSOE.

Lajo Demos


    

sábado, 15 de septiembre de 2012

El pie nacionalista




                    Hace ya muchos años, vivía lejos de aquí, en la parte más profunda de una remota selva, un vigoroso chimpancé que se distinguía de todos los demás por su inclinación a la vida contemplativa. Con frecuencia, se le veía ensimismado, ajeno, por completo, a cuanto sucedía a su alrededor. En una de esas ocasiones, ocurrió algo que, por su carácter insólito, me resisto a callar. El chimpancé se hallaba recostado contra el tronco de un viejo árbol, cuando, de repente, empezó a oír, cada vez con más claridad, la voz de su pie izquierdo, que, de modo insistente, le hablaba de su condición de ser vivo, libre, llamado a conseguir la total independencia del chimpancé. Llegaron a la discusión, mas no al acuerdo. Pero tanto insistió el pie, en su pretensión de independencia, que, una tarde, el chimpancé, harto de oírle, se dedicó a afilar una cortante piedra de sílex, y, a la mañana siguiente, con mano firme y gesto valeroso, se amputó el pie izquierdo. Durante horas, el pie, rota toda dependencia del chimpancé, no dio muestra alguna de vida; y, en pocos días, alcanzó la podredumbre de la muerte, y hubo de ser enterrado. Por su parte, el chimpancé vivió cojo, hasta el final de sus muchos días, lamentando el error que había cometido, al dar cumplimiento a la estúpida reivindicación separatista de su trastornado pie izquierdo.

Barlovento Maciñeira

  

jueves, 13 de septiembre de 2012

Más butifarra




El nacionalismo catalán
debe saber tres cosas fundamentales.

PRIMERA:
España está constituida
por el conjunto de todos los españoles.

SEGUNDA:
Los catalanes forman parte de ese conjunto.

TERCERA:
Si un día Cataluña
se independiza de España,
no será porque se vaya,
¡será porque la echemos!

Don Anónimo Pasquín



martes, 11 de septiembre de 2012

Soliloquio al atardecer




Cuando el poder ejecutivo
gobierna con carta blanca,
¿puede estar justificado el magnicidio?
El pueblo no debe ser carne de cañón
que combata los errores del mal Gobierno.
¿Qué circunstancias extremas
conducen al magnicidio?
El magnicidio nunca es deseable como solución.
Pero, ¿se dan hoy algunas circunstancias
que podrían justificarlo?

Don Anónimo Pasquín


domingo, 9 de septiembre de 2012

Barretina y Butifarra




El nacionalismo catalán
sigue viendo en Franco la bestia negra
que acabó con su proyecto de nación.
Pero está tan falto de ideas
que sueña con el venturoso día
en que Cataluña se proclame
¡Una, Grande y Libre!

Don Anónimo Pasquín


viernes, 7 de septiembre de 2012

El sacamuelas




En octubre de 1982,
montó una mesa en la calle,
y puso, sobre ella,
tres cubiletes y una bola.
Con aire de sacamuelas,
denostó la dictadura
y alabó la democracia.
¡Por el cambio!
¡El cambio ya está aquí!
Enseguida nos mostró
la bola de la democracia;
y, con hábil movimiento de manos,
Felipe nos dio el cambiazo.

Don Anónimo Pasquín


miércoles, 5 de septiembre de 2012

Mis impuestos




La situación que hoy se vive en España
es de extrema gravedad.
Por esta razón, me saca de quicio
que mis impuestos contribuyan
al mantenimiento de políticos ladrones
y sindicalistas vagos.
Como español preocupado por España,
quiero que mis impuestos contribuyan,
única y exclusivamente,
al mantenimiento de nuestro Ejército.

Don Anónimo Pasquín


martes, 4 de septiembre de 2012

Juramento hipocrático




     España lleva más de treinta años postrada en una cama de hospital. Un diagnóstico equivocado y un tratamiento ineficaz la han traído hasta aquí, y la mantienen en un estado de extrema gravedad que exige una rápida intervención, a vida o muerte. Advertida la enfermedad por los médicos que la reconocieron -los mejores de aquel momento, según se dijo entonces-, le diagnosticaron el terrible "mal de la dictadura", cuyos síntomas principales eran la pérdida progresiva de la libertad de movimiento, la sensación de ahogo y la dificultad para expresarse. Pero la enfermedad de España tenía otro origen, y el tratamiento que se le prescribió, basado en tan erróneo diagnóstico, resultó del todo inapropiado para la enferma. Podría decirse que el remedio fue peor que la enfermedad, porque los torpes médicos que la trataron, queriendo sanar a España del "mal de la dictadura", que no padecía, le inocularon el terrible "mal de las autonomías".
     España se encuentra a las puertas de la muerte. Diecisiete heridas mortales la desangran, y cuartean cruelmente su cuerpo dolorido. España agoniza, se va lentamente, sin remedio, olvidada de todos los que debieran velar por su vida. Unos médicos indignos, que pisotean con desprecio el juramento hipocrático, sólo esperan, y desean, que la enferma expire, que el "mal de las autonomías" consume su labor homicida, y se reparta los despojos de la española nación.
     Es preciso que, sin pérdida de tiempo, el pueblo español se levante en almas, y arrebate, a esos médicos asesinos, el cuerpo de la moribunda España; es necesario que otros médicos, honrados, se dejen la vida en un intento postrero de salvar la de España. La extrema gravedad de nuestra nación exige que todo un ejército de anticuerpos se levante en almas contra el mortal virus autonómico, y devuelva a España la salud perdida.
¡Abajo las autonomías! ¡Arriba España!

Barlovento Maciñeira