El día 8 de octubre de 2008 escribí un poema, dedicado al 11-M, que, recitado por mí en diferentes tertulias literarias de Madrid, provocó mi expulsión de la que tiene lugar en el Círculo de Bellas Artes. Lo publico ahora en esta tribuna, precedido de las palabras que le sirven de preámbulo, para que se tenga idea clara del grado de persecución a que se ve sometida, en ciertos ambientes culturales, la libertad de expresión.

Dos días después de aquel terrible 11 de marzo, muchos formaron rebaño, en plena jornada de reflexión, para exigir al Gobierno la verdad de lo ocurrido. Me pregunto dónde están hoy. El día 11 de cada mes, unos llamados Peones Negros, que, de verdad, quieren saber quiénes se encuentran detrás de aquella matanza, acuden a la estación de Atocha, con ánimo de honrar a las víctimas de tan tremendo atentado. En ellos pensaba cuando, en octubre de 2008, escribí estos versos. Me encantaría tener la oportunidad de recitárselos a Zapatero; pero no a solas, sino en un abarrotado Congreso de los Diputados, ante mil cámaras de televisión, en nombre de las víctimas del 11-M.


Fernando Lago

Poema dedicado al 11-M

lunes, 5 de septiembre de 2016

Tres imágenes de Sánchez



       No se puede negar lo evidente, por más que algunos pretendan hacerlo. Pedro Sánchez no destaca, precisamente, por una inteligencia luminosa; muy al contrario, puede decirse que su intelecto permanece a oscuras. Tal vez por ello, y porque quiera convencernos de las buenas cualidades intelectivas que, a su juicio, lo adornan, no deja de pavonearse, por los pasillos del Congreso, en traje de luces.
      El fatuo Pedro Sánchez aspira a conseguir la inmortalidad; pero la busca, torpemente, donde no se encuentra. Una estatua siempre es algo del futuro, nunca del presente. Pedro no lo sabe. Político de perra gorda, al fin y al cabo, se obstina, cerrilmente, en dar el NO a Mariano Rajoy, sin advertir que tanta inmovilidad lo ha convertido en una estatua pétrea, de puro adoquín.
      Su enfermiza intransigencia ha logrado transformar, el NO a Rajoy, en un enorme pedestal que va a servirle de patíbulo. Pedro Sánchez, de pie sobre él, con el nudo corredizo de la soga al cuello, contempla, desafiante, al pueblo español, incapaz de sospechar que, en cuanto el pueblo quiera, retirará el pedestal, y Pedro quedará colgado, como un pelele, de la rama más alta de un alcornoque.

Tío Chinto de Couzadoiro


"Vida oculta de Pepiño Blanco"
Enlace al capítulo 4:
Un apellido vulgar
    

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