El día 8 de octubre de 2008 escribí un poema, dedicado al 11-M, que, recitado por mí en diferentes tertulias literarias de Madrid, provocó mi expulsión de la que tiene lugar en el Círculo de Bellas Artes. Lo publico ahora en esta tribuna, precedido de las palabras que le sirven de preámbulo, para que se tenga idea clara del grado de persecución a que se ve sometida, en ciertos ambientes culturales, la libertad de expresión.

Dos días después de aquel terrible 11 de marzo, muchos formaron rebaño, en plena jornada de reflexión, para exigir al Gobierno la verdad de lo ocurrido. Me pregunto dónde están hoy. El día 11 de cada mes, unos llamados Peones Negros, que, de verdad, quieren saber quiénes se encuentran detrás de aquella matanza, acuden a la estación de Atocha, con ánimo de honrar a las víctimas de tan tremendo atentado. En ellos pensaba cuando, en octubre de 2008, escribí estos versos. Me encantaría tener la oportunidad de recitárselos a Zapatero; pero no a solas, sino en un abarrotado Congreso de los Diputados, ante mil cámaras de televisión, en nombre de las víctimas del 11-M.


Fernando Lago

Poema dedicado al 11-M

miércoles, 27 de abril de 2016

La venganza de San Telmo



      Cuando el Consejero Saturnino Trincapasta entró en el despacho de la Presidenta, doña Susana dio un respingo. Era el tercero de sus consejeros que, en menos de dos horas, aparecía, con muestras inequívocas de haber sufrido una paliza considerable. El Consejero Trincapasta, muy aturdido aún, describía, con gestos y palabras, un poderoso manotazo en el colodrillo, que le había estampado la cara contra la pared, mientras hacía aguas menores, placenteramente, en los urinarios de autoridades. Añadía, Saturnino, que, a consecuencia de tan tremendo golpe, había perdido seis docenas de dientes, cuatro de muelas y el poco conocimiento que le quedaba. Lo más extraño del caso era que ninguno de los tres consejeros conocía la causa de su mal.
     El único que estaba al tanto de lo sucedido era Fermín, vigilante de seguridad, que, horas antes, había oído la voz exaltada de un hombre, que rompía el silencio de la noche, profiriendo sentidas quejas y violentas amenazas. Aquel hombre, vestido con ropaje de otro tiempo, que recordaba el de una imagen de iglesia, clamaba venganza:
"¡Convirtieron mi palacio en una cuadra! ¡Peor todavía, en una pocilga! Cubrieron de mierda mis aposentos, mi mobiliario, mis alfombras, mis tapices. ¡Mi mano no soltará el justiciero látigo, mientras no logre expulsarlos de este noble palacio que ellos transformaron en cueva de ladrones!"
     A la mañana siguiente, San Telmo, armado hasta los dientes, abrió la puerta del salón en que doña Susana trataba, con sus quince consejeros, graves asuntos de gobierno; soltó una larga ráfaga de ametralladora, y destrozó seis grandes fuentes de cigalas, diez de gambas, nueve de percebes y siete botellas del mejor Albariño.

Tío Chinto de Couzadoiro
   

domingo, 17 de abril de 2016

La gran revelación



      Nadie podrá negar que el Partido Socialista Obrero Español se encuentra en las mejores manos. Pedro Sánchez es el hombre providencial que hará ganar, al histórico partido fundado por el tipógrafo Iglesias, los comicios del mes de junio. Sé muy bien de qué hablo.
      Pedro Sánchez es un profundo conocedor del más allá; pero, sobre todo, un experto en percepción extrasensorial. Viaja constantemente por el espacio etéreo, y, con frecuencia, se queda en la luna.
      Anoche tuvo un sueño. En la intimidad de la alcoba conyugal, a Pedro se le escapó una ventosidad silenciosa que dejó muy cargado el ambiente. Y, en medio de una atmósfera enrarecida, recibió la divina revelación del sueño. La gastada marca PSOE ya no vende. Sus muchos años de existencia la fueron deteriorando de tal modo que hoy no es más que una una antigualla, incapaz de vencer en unas elecciones. ¡Oh, ventosidad inspiradora, que descubrió, a Pedro, la gran verdad! ¡Oh, soplo silencioso, que, con nocturnidad y alevosía, convenció a Pedro Sánchez de que el PSOE, si quiere volver a ser lo que fue, tendrá que transformarse en PEO!
    En pocos días, Pedro Sánchez soltará el PEO; quiero decir, apreciado lector, que, muy pronto, lanzará el PEO (Partido Español Obrero) a los cuatro vientos del panorama político. El PEO va a ser una bomba, una explosión controlada, de efecto devastador, que removerá la conciencia del electorado. El Partido Español Obrero (PEO) aglutinará a toda la izquierda de España. Porque el comprimido PEO, liberado, dejará oír su voz poderosa, y soplará con toda la fuerza del huracán. Parece que leo ya su acertado cartel electoral: "Déjate acariciar por la onda expansiva del PEO, la fragancia de la izquierda."

Tío Chinto de Couzadoiro
       

miércoles, 13 de abril de 2016

Un país abierto en canal



                        Mi cuñado Indalecio Prieto es más tonto que hecho de encargo. Con relativa frecuencia, lo vengo manifestando en el ámbito privado; si ahora lo hago, públicamente, es porque no me parece bien esconder las vergüenzas familiares.
               El nombre de mi cuñado Indalecio Prieto acaba de aparecer, inesperadamente, en los Papelines de Panamá. Digo inesperadamente, y digo bien. Mi cuñado se encuentra afiliado al Partido Socialista Obrero Español, y ya sabemos que un militante socialista es más honrado que la madre que lo parió. De ahí que sorprenda la actividad que los Papelines le atribuyen.
                      Desde el año 2009, Indalecio se dedica al flete de buques de gran tonelaje, que pone a disposición de los miles de defraudadores que tenemos en España. Estos buques zarpan de Barcelona, con las bodegas rebosantes de miles de millones de euros, llegan al Atlántico, ponen rumbo al Canal de Panamá, y, a través del Océano Pacífico, arriban a los principales puertos de los mercados asiáticos. Afirman los Papelines que los buques fletados por mi cuñado Indalecio sacaron de España, desde el año 2009, más de setecientos mil billones de euros.
                     Parece ser que se descubrió el pastel en octubre de 2012, cuando el hundimiento del "Cabo Espichel" dejó ricamente empapeladas, con billetes de cincuenta euros, las playas de Hangu Hangu Katagunga. Mi cuñado, más tonto que hecho de encargo, confía en que actúe la justicia española. ¡Por una vez en su vida, tiene un rasgo de inteligencia!

Tío Chinto de Couzadoiro

                                  Lecuona Cuban Boys:  Panamá

miércoles, 6 de abril de 2016

Rabo de cochino



   La bomba informativa que ayer hizo estallar ABC tuvo un efecto devastador, sobre el movimiento de Pablo Iglesias. Los dirigentes de PODEMOS quedaron ridículamente en pelota, con las manos tapándose las vergüenzas. Ninguno de ellos podrá negar la evidencia. El partido político de Iglesias, Monedero, Bescansa y Errejón nació con el propósito delictivo de implantar, en España, una especie de sucursal bolivariana del régimen chavista. Los documentos aportados por ABC llevan la firma inconfundible del Presidente Hugo Chávez, con su conocida rúbrica, que los venezolanos, mostrando una sutil sabiduría, dieron en calificar de "rabo de cochino".
   El Gobierno de Hugo Chávez pagó más de siete millones de euros al Centro de Estudios Políticos y Sociales, del que formaban parte Iglesias, Monedero, Bescansa y Errejón, con el único fin de atentar contra la inestable democracia española, por medio de un partido comunista de corte bolivariano. Ante la gravedad extrema de este hecho criminal, el partido español que se encuentra al servicio exclusivo del régimen totalitario de Venezuela debe ser barrido de nuestro panorama político, y arrojado al contenedor de la basura. PODEMOS tiene que ser disuelto, sin excusa de ningún tipo, y sus cabecillas -Iglesias, Monedero, Bescansa y Errejón- deben ser juzgados, y tal vez, condenados, por alta traición. España tiene que recuperar, sin dilación alguna, su dignidad nacional perdida.

Tío Chinto de Couzadoiro
   

viernes, 1 de abril de 2016

El Día de la Victoria



   Ya pasaron 77 años desde aquel día, primero de abril de 1939, en que el General Francisco Franco Bahamonde dio por concluida la Guerra Civil de España. Podemos ignorar esa fecha, despreciarla o, incluso, negarla. Pero, al recordarla, rendimos homenaje de reconocimiento a la verdad de un hecho histórico que, para los españoles de hoy, resulta fundamental. La historia, huelga decirlo, nos invita a conocerla. Su falseamiento no puede conducirnos más que a la locura, por ser propio de locos la deformación de la realidad.
   A cierta dama, que se encuentra en edad provecta, le gustaría, según nos dice ella misma, que el Valle de los Caídos empezase a llamarse Valle de la Paz. Probablemente, le habría gustado, también, que el Día de la Victoria se hubiese llamado Día de la Derrota. Pero las cosas fueron como fueron, y sólo como fueron. Francisco Franco Bahamonde ganó la Guerra Civil Española, e instituyó, porque podía hacerlo, el Día de la Victoria. 

Tío Chinto de Couzadoiro