El día 8 de octubre de 2008 escribí un poema, dedicado al 11-M, que, recitado por mí en diferentes tertulias literarias de Madrid, provocó mi expulsión de la que tiene lugar en el Círculo de Bellas Artes. Lo publico ahora en esta tribuna, precedido de las palabras que le sirven de preámbulo, para que se tenga idea clara del grado de persecución a que se ve sometida, en ciertos ambientes culturales, la libertad de expresión.
Dos días después de aquel terrible 11 de marzo, muchos formaron rebaño, en plena jornada de reflexión, para exigir al Gobierno la verdad de lo ocurrido. Me pregunto dónde están hoy. El día 11 de cada mes, unos llamados Peones Negros, que, de verdad, quieren saber quiénes se encuentran detrás de aquella matanza, acuden a la estación de Atocha, con ánimo de honrar a las víctimas de tan tremendo atentado. En ellos pensaba cuando, en octubre de 2008, escribí estos versos. Me encantaría tener la oportunidad de recitárselos a Zapatero; pero no a solas, sino en un abarrotado Congreso de los Diputados, ante mil cámaras de televisión, en nombre de las víctimas del 11-M.
Fernando Lago
martes, 25 de marzo de 2014
Marcha de la Dignidad
lunes, 17 de marzo de 2014
El atentado permanente
domingo, 16 de marzo de 2014
Defensores del embuste
viernes, 14 de marzo de 2014
Los enemigos de la luz
miércoles, 12 de marzo de 2014
Sucedió en la catedral
lunes, 10 de marzo de 2014
Un atentado islamista
¿lo fue también la aparición de una mochila en una comisaría?
¿lo fue también la orden imperiosa de destruir los trenes?
¿lo fue también el mandato de borrar todo cuanto apuntase a ETA?
¿lo fue también la decisión de no practicar autopsias en Leganés?
¿lo fue también el deseo de ocultarnos la verdad de lo ocurrido?
viernes, 7 de marzo de 2014
Víspera sangrienta
Aquel fatídico 10 de marzo del año 2004, alguien puso en marcha un proyecto diseñado para destruir España. ¿Quién era? ¿Dónde estaba?
Aquel fatídico 10 de marzo del año 2004, alguien sabía que la voladura de unos trenes destruiría las bases de nuestra democracia. ¿Quién era?
Tío Chinto de Couzadoiro