El día 8 de octubre de 2008 escribí un poema, dedicado al 11-M, que, recitado por mí en diferentes tertulias literarias de Madrid, provocó mi expulsión de la que tiene lugar en el Círculo de Bellas Artes. Lo publico ahora en esta tribuna, precedido de las palabras que le sirven de preámbulo, para que se tenga idea clara del grado de persecución a que se ve sometida, en ciertos ambientes culturales, la libertad de expresión.

Dos días después de aquel terrible 11 de marzo, muchos formaron rebaño, en plena jornada de reflexión, para exigir al Gobierno la verdad de lo ocurrido. Me pregunto dónde están hoy. El día 11 de cada mes, unos llamados Peones Negros, que, de verdad, quieren saber quiénes se encuentran detrás de aquella matanza, acuden a la estación de Atocha, con ánimo de honrar a las víctimas de tan tremendo atentado. En ellos pensaba cuando, en octubre de 2008, escribí estos versos. Me encantaría tener la oportunidad de recitárselos a Zapatero; pero no a solas, sino en un abarrotado Congreso de los Diputados, ante mil cámaras de televisión, en nombre de las víctimas del 11-M.


Fernando Lago

Poema dedicado al 11-M

martes, 11 de junio de 2013

Sueño profético




       La mentira tiene unos cimientos muy débiles, y, por ello, puede venirse abajo, en cualquier momento.
       La democracia española es una gran mentira, y, quienes la hacen posible, no merecen otro calificativo que el de grandísimos embusteros. Nuestros políticos se mueven hoy entre escombros, tratando de apuntalar los pocos muros del edificio democrático que aún permanecen en pie. Pero pronto se vendrá abajo hasta la última piedra de esa construcción que fue levantada con material de desecho, y nuestra corrupta clase política quedará sepultada, bajo la escombrera, sin dejar ningún rastro para la historia.
      Pasarán los días, y, al cabo de algunos años, otros políticos, de miserable condición, usarán ese inútil escombro, como material de construcción de una nueva democracia, y perpetuarán, por los siglos de los siglos, los males de la desdichada España.

Barlovento Maciñeira

   

1 comentario:

  1. Ya decía aquel que la mentira es una poderosa arma revolucionaria, Tío Chinto, y de esta guisa, mintiendo a manos llenas, pueden cambiarse aspectos de la vida cotidiana que, de otra forma, serían defendidos con uñas y dientes por el ciudadano... pero claro, cuando uno se cree el embuste del politicucho catalán de turno cuando te dice que en una Cataluña independiente el paro bajaría 10 puntos...
    Pues eso, que una cosa que no se ajusta a la Ley pasa a convertirse en un anhelo "democrático" del pueblo soberano...
    ... y el mentiroso compulsivo, a vivir del cuento.

    Un abrazo, artista.

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