El día 8 de octubre de 2008 escribí un poema, dedicado al 11-M, que, recitado por mí en diferentes tertulias literarias de Madrid, provocó mi expulsión de la que tiene lugar en el Círculo de Bellas Artes. Lo publico ahora en esta tribuna, precedido de las palabras que le sirven de preámbulo, para que se tenga idea clara del grado de persecución a que se ve sometida, en ciertos ambientes culturales, la libertad de expresión.

Dos días después de aquel terrible 11 de marzo, muchos formaron rebaño, en plena jornada de reflexión, para exigir al Gobierno la verdad de lo ocurrido. Me pregunto dónde están hoy. El día 11 de cada mes, unos llamados Peones Negros, que, de verdad, quieren saber quiénes se encuentran detrás de aquella matanza, acuden a la estación de Atocha, con ánimo de honrar a las víctimas de tan tremendo atentado. En ellos pensaba cuando, en octubre de 2008, escribí estos versos. Me encantaría tener la oportunidad de recitárselos a Zapatero; pero no a solas, sino en un abarrotado Congreso de los Diputados, ante mil cámaras de televisión, en nombre de las víctimas del 11-M.


Fernando Lago

Poema dedicado al 11-M

jueves, 17 de septiembre de 2015

La Torre de Babel



       Érase una vez un enano saltarín, de nombre Arturo, que soñaba con elevarse por encima de los demás hombres. Vivía en una aldea, llamada Cataluña, y se ganaba el pan, con el sudor de los otros aldeanos.
       Una mañana, convenció a su amigo Babel, para que construyera una torre humana que, llegando a alcanzar las nubes, permitiera, al enano saltarín Arturo, conocer la vida oculta de Dios.
         La torre humana de Babel ganó altura, hasta rozar las nubes que cubrían Cataluña. El último en elevarse, sobre los hombros de los pacientes aldeanos, fue el enano saltarín Arturo, que pronto se convirtió en pináculo de tan soberbia construcción. Pero Dios, celoso de guardar su intimidad, a los ojos de los hombres, confundió las lenguas de los altivos aldeanos. A uno, lo hizo hablar en castellano; a otro, en andaluz; a éste, en gallego; a aquel, en canario; al de más allá, en vascuence... Los adoquines que conformaban la torre, faltos de entendimiento, no se acoplaron debidamente, y se vinieron abajo. El mayor golpe contra el suelo se lo dio el enano saltarín Arturo, que, por haberse elevado más que ningún otro, quedó moribundo, quebrado de tronco y extremidades.
          ¡Gloria eterna al Dios que todo lo puede, por haber concedido, al pueblo de Cataluña, que el enano saltarín Arturo diera el último salto de su inútil vida!

Tío Chinto de Couzadoiro
   
           

4 comentarios:

  1. Por más que no lo queramos
    Artur Mas llegó a la cumbre
    y... aunque algunos lo dudamos
    no hay astro que lo deslumbre
    porque es tal la brillantez
    que desprenden sus destellos
    y tan grande la estulticia
    de quien se lucra con ellos
    que por más que Mas se apague
    siempre habrá otro que lo pague.

    Un abrazo y... a seguir esperando mientras Mas se llena el cazo que en el gobierno no hay quien diga: ¡basta, caray!

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    1. ¡Buenos versos, amigo Javier, y gran verdad! Seguiremos esperando a que le den el ansiado tortazo.
      ¡Un cordial abrazo!

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  2. Estupendo post. Lo mejor ha sido el descalabro del enano saltarín.

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