El día 8 de octubre de 2008 escribí un poema, dedicado al 11-M, que, recitado por mí en diferentes tertulias literarias de Madrid, provocó mi expulsión de la que tiene lugar en el Círculo de Bellas Artes. Lo publico ahora en esta tribuna, precedido de las palabras que le sirven de preámbulo, para que se tenga idea clara del grado de persecución a que se ve sometida, en ciertos ambientes culturales, la libertad de expresión.

Dos días después de aquel terrible 11 de marzo, muchos formaron rebaño, en plena jornada de reflexión, para exigir al Gobierno la verdad de lo ocurrido. Me pregunto dónde están hoy. El día 11 de cada mes, unos llamados Peones Negros, que, de verdad, quieren saber quiénes se encuentran detrás de aquella matanza, acuden a la estación de Atocha, con ánimo de honrar a las víctimas de tan tremendo atentado. En ellos pensaba cuando, en octubre de 2008, escribí estos versos. Me encantaría tener la oportunidad de recitárselos a Zapatero; pero no a solas, sino en un abarrotado Congreso de los Diputados, ante mil cámaras de televisión, en nombre de las víctimas del 11-M.


Fernando Lago

Poema dedicado al 11-M

miércoles, 17 de abril de 2013

Terrorismo en Boston




Twitteando con escopeta (59)


En algún lugar del mundo, un atentado terrorista puede servir para poner a un imbécil en la Presidencia del Gobierno.

En los Estados Unidos de América, un atentado terrorista mantiene unida a toda la nación, a la espera de dar con los culpables.

En un lejano país, un atentado terrorista dio el poder a un imbécil. Y muy pocos se preguntaron quién lo había cometido.

Ante el atentado terrorista de Boston, no hay hijos de puta que le exijan al Presidente Obama lo que aún no puede dar.

Desgraciada la nación que, tras el atentado terrorista que da el poder a un imbécil, no se pregunta quién lo cometió.


Tío Chinto de Couzadoiro



2 comentarios:

  1. No se preguntó quién lo realizó, y sigue sin pregutárselo, Tío Chinto. ¿Para qué? Ya se consiguió el objetivo, así que el muerto al hoyo y el vivo al bollo.

    ¿Cómo no vamos a merecernos todo lo que nos está pasando?

    Un saludo, artista.

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  2. Las ollas eran españolas, marca Fagor, ¿andará detrás el cantabrón?

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