El día 8 de octubre de 2008 escribí un poema, dedicado al 11-M, que, recitado por mí en diferentes tertulias literarias de Madrid, provocó mi expulsión de la que tiene lugar en el Círculo de Bellas Artes. Lo publico ahora en esta tribuna, precedido de las palabras que le sirven de preámbulo, para que se tenga idea clara del grado de persecución a que se ve sometida, en ciertos ambientes culturales, la libertad de expresión.

Dos días después de aquel terrible 11 de marzo, muchos formaron rebaño, en plena jornada de reflexión, para exigir al Gobierno la verdad de lo ocurrido. Me pregunto dónde están hoy. El día 11 de cada mes, unos llamados Peones Negros, que, de verdad, quieren saber quiénes se encuentran detrás de aquella matanza, acuden a la estación de Atocha, con ánimo de honrar a las víctimas de tan tremendo atentado. En ellos pensaba cuando, en octubre de 2008, escribí estos versos. Me encantaría tener la oportunidad de recitárselos a Zapatero; pero no a solas, sino en un abarrotado Congreso de los Diputados, ante mil cámaras de televisión, en nombre de las víctimas del 11-M.


Fernando Lago

Poema dedicado al 11-M

viernes, 10 de diciembre de 2010

La ilustre dama

    
     Una vez más, celebraron su cumpleaños. Pero ella no estaba allí. Unos dicen que la huelga de controladores aéreos le impidió regresar en avión; otros aseguran que fue vista en un burdel de Venezuela; algunos, en fin, barruntan que se suicidó, por los días, ya lejanos, de su fragante lozanía, incapaz de soportar, casi a diario, la violación de tanto hombre desalmado. Lo cierto es que, nuevamente, los violadores han vuelto a caer en la hipocresía de celebrar su cumpleaños, sin contar con la presencia de la dama.
     El día 6 de diciembre, fecha del aniversario, España se encontraba en estado de alarma, porque uno de los muchos violadores de la joven, el Presidente del Gobierno, reconociendo la manifiesta incapacidad del Ministro de Fomento, otro violador, para solucionar los graves problemas planteados por los controladores aéreos, se vio forzado a decretar tal estado. Y todo parece indicar que, durante un tiempo, permaneceremos en tan particular e injustificada situación. 
     Soplan malos vientos que ponen en peligro la incipiente democracia española. Alfredo Pérez Rubalcaba, Ministro de Interior y, tal vez, el mayor violador de la ilustre dama, declaró, en nítida referencia a los controladores, que, quien echa un pulso al Estado, lo pierde. Tan amenazantes palabras podía haberlas pronunciado, siglos atrás, el Cardenal Cisneros, aquel que, mostrando los cañones, advirtió: "Estos son mis poderes". Me gustaría ver, en el ministro, la misma contundencia, el mismo alarde de atributos sexuales, al tiempo de enfrentarse a comportamientos ajenos más comprometedores. ETA y Marruecos, por ejemplo, llevan años echando pulsos al Estado, y ganándolos. No quiero decir con esto, sin embargo, que a etarras y marroquíes haya que hablarles al modo de la Pajín, cuando hace ostentación de sus poderosos cojones. La peculiar ministra daría en el clavo, si pusiera sus notables atributos sexuales al servicio exclusivo de la investigación ginecológica. No vaya a pensar alguno que ella misma pertenece al restringido club de violadores de la ilustre dama.

Barlovento Maciñeira



        

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