El día 8 de octubre de 2008 escribí un poema, dedicado al 11-M, que, recitado por mí en diferentes tertulias literarias de Madrid, provocó mi expulsión de la que tiene lugar en el Círculo de Bellas Artes. Lo publico ahora en esta tribuna, precedido de las palabras que le sirven de preámbulo, para que se tenga idea clara del grado de persecución a que se ve sometida, en ciertos ambientes culturales, la libertad de expresión.

Dos días después de aquel terrible 11 de marzo, muchos formaron rebaño, en plena jornada de reflexión, para exigir al Gobierno la verdad de lo ocurrido. Me pregunto dónde están hoy. El día 11 de cada mes, unos llamados Peones Negros, que, de verdad, quieren saber quiénes se encuentran detrás de aquella matanza, acuden a la estación de Atocha, con ánimo de honrar a las víctimas de tan tremendo atentado. En ellos pensaba cuando, en octubre de 2008, escribí estos versos. Me encantaría tener la oportunidad de recitárselos a Zapatero; pero no a solas, sino en un abarrotado Congreso de los Diputados, ante mil cámaras de televisión, en nombre de las víctimas del 11-M.


Fernando Lago

Poema dedicado al 11-M

miércoles, 12 de marzo de 2014

Sucedió en la catedral




       Anoche tuve un sueño muy extraño; tan extraño, que haría necesaria la concurrencia de un nuevo Freud, para poder interpretarlo.
       Me encontraba en una hornacina, elevada, a gran altura, sobre una pared lateral del altar mayor de la catedral. A mis pies, contemplaba la ceremonia religiosa que oficiaba un anciano cardenal, en memoria de las víctimas de un sangriento atentado terrorista. El templo se hallaba abarrotado. La más repugnante hipocresía quedaba reflejada en los rostros de los asistentes al funeral. Hombres y mujeres poderosos, de la Casa Real, del Gobierno, de los distintos partidos políticos y de todas las instituciones del Estado, fingían un dolor que no sentían. Y, de pronto, con un sonido horrísono de trueno, se abrió la techumbre del templo, y aparecieron por ella, revoloteando, 192 bienaventurados que, al compás de pífanos y timbales, se unieron en una generosa y celestial deposición que, en poco tiempo, dejó, cubiertos de mierda, los cuerpos de aquellos conocidos fariseos.
       Al final, los 192 bienaventurados se agruparon, tras un cartel que decía: ¡Menos honras fúnebres, y más condena de nuestros asesinos!

Barlovento Maciñeira

Versos de Fernando Lago
       

2 comentarios:

  1. A Lo Que Yo Añadiría Otro Que Dijera "QUIEN TAL HIZO, QUE TAL PAGUE Y NI OLVIDO NI PERDÓN, SÓLO JUSTICIA VERDADERA"!
    Un Abrazo Y Un Brindis IN MEMORIAM Por LOS INOCENTES ASESINADOS POR GENTUZA AúN LIBRE Y VOLANDERA, PARA VERGÚENZA DE ESTE PASTUEÑO PUEBLO Y LAS MAFIAS QUE DICEN GOBERNARLO-
    ¡FUERA CANALLAS!
    Y
    ¡¡RIAU RIAU!!

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