Madrid es la capital de España, mal que les pese a algunos, y ocupa la parte central de su territorio. Dentro de Madrid, se encuentra la Puerta del Sol, y, en ella, la sede de su Comunidad Autónoma. A lo largo del tiempo, la Puerta del Sol fue mentidero de la villa y centro geográfico de la nación española; y su reloj señaló, a toda España, el comienzo del nuevo año. De ahí su fuerza de símbolo.
Pues bien, la Puerta del Sol se ha convertido, desde el pasado 15 de mayo -festividad patronal de San Isidro Labrador-, en imagen deplorable de la España en ruinas que nos deja Zapatero. La Puerta del Sol madrileña es hoy el sucio lugar de acampada de una gente variopinta que la tomó al asalto, con el consentimiento cómplice del indigno Ministro de Interior. Prescindiendo de toda consideración política, motivadora de la ocupación ilegal de la plaza, la Puerta del Sol no puede ser vista, al presente, más que como reflejo de una negra España sin ley, fruto agusanado de un Gobierno de socialistas advenedizos, malvados e incompetentes.
La cara que hoy ofrece esta importante plaza madrileña al transeúnte, sea éste nacional o extranjero, es la de un poblado marginal de maleantes, enemigos de la ley, protegidos por un Gobierno antidemocrático que, por lo sabido, incumple la Constitución cuando le conviene. Como ciudadano, se me priva del derecho a circular libremente por la Puerta del Sol, se me ofende consintiendo que ese espacio de mi ciudad se transforme en cloaca inmunda, en nido de ratas, pulgas y piojos, por deseo de un partido político que sólo busca -fracasado su intento de vencer a Esperanza Aguirre- enfangar la entrada a la sede de nuestra Comunidad Autónoma. Pero no nos engañemos. La indecencia que hoy se palpa en la Puerta del Sol nada tiene que ver con el buen gobierno de la Presidenta. El estercolero que allí se ha montado, con grave alteración de las condiciones higiénicas elementales, el desprecio de los comerciantes de la zona y la supresión del derecho de libre circulación por la plaza, son el simple reflejo de la actuación delictiva de un Gobierno que, en el colmo del despropósito, comete la infamia de abrir, a los terroristas, las puertas del Estado.
Barlovento Maciñeira
Sol parece un parque temático de la Selva Lacandona, aquel oasis progre de peregrinación -fueron Sabina,Bosé y hasta Saramago -,donde habitaba aquella reencarnación del Che que respondía al nombre del subcomandante Marcos.
ResponderEliminarHan convertido el centro de Madrid en una oda a la mugre, los chinches y la insalubridad.
Cuando la poli cumpla con su misión de mantener el orden, y los acampados abandonen la plaza, ya veremos, Natalia, qué sirve de cama al movimiento 15-M. Me refiero, claro, a la sólida base de chinches, pulgas, ratas y piojos. Una delicia, vamos.
ResponderEliminarLos mal llamados "indignados" que se han apropiado de la Puerta del Sol son el reflejo fiel de la España que ha construido Zapatero, con la ayuda solidaria de sus esbirros.
ResponderEliminarA parte de la suciedad y la falta de las más elementales normas sanitarias, es claro que están allí con la connivencia del misnistro del Interior y por lo tanto del Gobierno. La diane es evidentemente Esperanza Aguirre a la que hay que ofender y vilipendiar. Y eso, aunque sea a costa de contravenir la legislación vigente. ¡Como no se van a reir de nosotros en el resto de países!
Saludos cordiales
Ciertamente, José Luis, se burlan de nosotros por esos mundos de Dios, con pepinos o sin ellos, porque tenemos un Gobierno, falto de autoridad, que se ha ganado a pulso el desprecio en todas partes. Lo de la Puerta del Sol, como bien dices, es algo tramado contra Esperanza Aguirre.
ResponderEliminarUn cordial saludo.
Claro y meridiano.
ResponderEliminarEl Ministro de Interior, ese señor con barba descuidada que aspira a la Presidencia del Gobierno de España, antes o después tendrá que hacer algo. Esperemos, Maribeluca, que no sea demasiado tarde.
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