Cuesta menos destruir que construir. Esto es algo que nadie pone en duda.
Toda construcción importante requiere una dedicación laboriosa que, a veces, dura muchos años. Su destrucción no necesita más que el torpe proceder de un necio.
Un niño emplea nueve horas, frente al mar, en levantar un soberbio castillo de arena. Otro niño, envidioso y cabroncete, permanece al acecho, y lo destruye en diez segundos.
El niño Rubalcaba exige al niño Rajoy que levante, en cuatro meses, lo que el niño cabroncete derribó en ocho años.
Barlovento Maciñeira
Es que son incontables los castillos destruidos, los no construidos y los que ni siquiera están a medias. Por ejemplo, el trasvase del Ebro, que además de destruirse, las zonas secas de Aragón siguen estando secas.
ResponderEliminarCuántas cosas Tío Chinto. Y cuánta mediocridad.
Al producirse el desastre que supuso la pérdida de Cuba y Filipinas, España contó con una generación -la del 98- que supo cantar el dolor de España. Hoy, amigo rataplan, la intelectualidad española guarda un silencio culpable, ante todos los desmanes cometidos por el Gobierno socialista. Haría falta una generación que, a imitación de aquella, condenara, con una sola voz, al grito de ¡hasta aquí hemos llegado!, a los enemigos de España.
EliminarUn cordial saludo.
Cuidadito con el niño calvo. La demagogia es su terreno y a la gente le gusta oir lo que quiere oir.
ResponderEliminarMe uno a rataplan en ese "cuanta medicridad". Para desescombrar y levantar de nuevo el castillo necesitaríamos el empuje y la fuerza de una Espe. La paciencia es una virtud solo si no se convierte en costumbre y acomodo.
¡Cuántas veces he pensado, amiga Candela, en la injusticia que el Partido Popular comete con Esperanza Aguirre! Tal vez sea ella, dentro de la clase política, quien tenga las ideas más claras sobre lo que hay que hacer, para levantar a esta España nuestra del estado de postración en que la dejaron los Gobiernos de Zapatero.
EliminarEl Rubi, es un cabroncete con mala memoria.
ResponderEliminarCada vez que lo veo aparecer en la pantalla del televisor, me cuesta entender, amigo Mamuma, que pueda haber alguien que no sienta deseos de arrearle un buen par de hostias.
EliminarBreve resumen de una realidad...explicada con una claridad meridiana.
ResponderEliminarLa realidad, Antonio, por mucho que quieran complicarla algunos, resulta muy simple.
EliminarUn cordial saludo.
Y en el panorama que nos describes, ahí arriba en un altozano dominando la playa, puede verse la imagen de otro niño caminando a pata coja debido al disparo que él mismo se causó con una escopeta calibre 38. A su lado, renqueante y escorado a estribor, camina junto a él un vejete coronado que dice ser el rey de la farándula.
ResponderEliminar-Aprende como joder bien al prójimo,Froilancito -le comenta el vejete al cojitranco infante, señalando con el dedo la destructiva labor del envidioso cabroncete rompe castillos.
-Pero eso no se hace, abuelo - argumenta el Froilancito.
-Ni puto caso. Yo llevo la hostia de años derribando los castillos de ensueño a todos los españoles y nadie me ha metido mano.
Una vez más, amigo José Luis, tu comentario viene a realzar lo dicho por mí; en esta ocasión, señalando algo que la puesta de sol sobre el altozano me impidió observar: el paseo de Froilancito con su abuelo.
EliminarTu comentario, además, aporta su punto de moraleja: cualquier momento es bueno para que quien navega con real escora aconseje a la familia.
Un cordial abrazo.
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ResponderEliminarTu relato, Chinto, es una clara y breve sinopsis de un tiempo de contínua agresión. Le economía hecha unos zorros no les ha bastado; su trabajo de termitas ha sido constante y creo que sobre el solar que han dejado difícilmente podrá reedificarse algo que se puede denominar Estado de Derecho.
ResponderEliminarCordiales saludos
Tienen alma de marabunta que todo lo arrasa, amigo Xesús. Dejaron el gobierno, procurando hacer, hasta el último momento, el mayor daño posible. Son incapaces de construir algo digno de memoria; lo suyo es el derribo, la destrucción, el arrasamiento. Se lo pusieron muy difícil al Gobierno del Particular, y, sabiéndolo, se ufanan de ello.
EliminarUn cordial saludo.
Ese duendecillo travieso que, según dicen, acompaña a quien escribe, me ha hecho poner Gobierno del Particular, cuando, en realidad, mi intención era decir Gobierno del Partido Popular.
EliminarSubsanado queda el error, Xesús.
Tio Chinto llevas mas razon que un santo,Eso si esperemos ver los frutos de estos ajustes de austeridad.Yo mas de un año es lo que le doy a mantener mi confianza con Rajoy,Pasado este tiempo la critica seria necesaria.un saludo amigo.
ResponderEliminarMariano Rajoy me ha decepcionado ya, amigo Agustín, en más de un asunto. Aunque, de momento, no le retiro la confianza que, con mi voto, le di. ¡Tiempo habrá de cambiar o no de parecer!
EliminarUn cordial saludo.
Es ni más ni menos lo que intenta hacer Rubalcaba. Su mala idea le lleva, no solo a exigir que hagan los de ahora en un momento lo que ellos destruyeron en casi ocho años. Pero es que además ponen toda clase de obstáculos a que se pueda construir algo. Para semejante elemento, cuanto peor, mejor
ResponderEliminarUn abrazo
Es la vieja táctica, tan actual, de la extrema izquierda, amigo José Luis: arrasar un país, para aparecer luego, como los salvadores, imponiendo, con engaño, una férrea dictadura. Rubalcaba debería llevar ya muchos años donde tú y yo sabemos.
ResponderEliminarUn cordial abrazo.
Ellos son así, Tío Chinto, ¿qué quiere que le diga? ¿Se acuerda del «Rajoy dimisión» de la mismísima noche en que ganó las elecciones por mayoría absoluta? Si alguien creía que era broma, se equivocaba de medio a medio.
ResponderEliminarUn saludo muy cordial.
Este nene en particular tiene una mala baba que lo flipas y le acompañan un par de nenas bobas que le jalean y le ríen todas las gracias pese a lo feo tirillas que es...
ResponderEliminar(y más tontas que botijas)
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