El día 8 de octubre de 2008 escribí un poema, dedicado al 11-M, que, recitado por mí en diferentes tertulias literarias de Madrid, provocó mi expulsión de la que tiene lugar en el Círculo de Bellas Artes. Lo publico ahora en esta tribuna, precedido de las palabras que le sirven de preámbulo, para que se tenga idea clara del grado de persecución a que se ve sometida, en ciertos ambientes culturales, la libertad de expresión.

Dos días después de aquel terrible 11 de marzo, muchos formaron rebaño, en plena jornada de reflexión, para exigir al Gobierno la verdad de lo ocurrido. Me pregunto dónde están hoy. El día 11 de cada mes, unos llamados Peones Negros, que, de verdad, quieren saber quiénes se encuentran detrás de aquella matanza, acuden a la estación de Atocha, con ánimo de honrar a las víctimas de tan tremendo atentado. En ellos pensaba cuando, en octubre de 2008, escribí estos versos. Me encantaría tener la oportunidad de recitárselos a Zapatero; pero no a solas, sino en un abarrotado Congreso de los Diputados, ante mil cámaras de televisión, en nombre de las víctimas del 11-M.


Fernando Lago

Poema dedicado al 11-M

viernes, 8 de enero de 2016

La Alpargata



   He oído decir que eres alcaldesa; más aún, que eres Alcaldesa de Madrid. Sin poner en duda que eso pueda ser cierto, quiero que sepas, Manuela, lo mucho que me cuesta creerlo. ¡Se oye cada cosa por la calle! Aun a riesgo de equivocarme, me dirijo a ti, como si, realmente, no fueras la Alcaldesa de Madrid.
   Los madrileños podemos cagarnos en el alcalde, por haber organizado una Cabalgata de Reyes, tan a ras del suelo, que, con toda razón, tendría que haberse llamado Alpargata de Reyes. Tal engendro, Manuela, no puede ser obra tuya. Quiero creer, aunque haya sido en tiempos de Maricastaña, que tú también fuiste niña, y que también disfrutaste, junto al Portal de Belén, de una esperanzadora Noche de Epifanía. Me resisto a pensar que haya sido tuya la disparatada orden que prohibía sacar animales en la Alpargata de Reyes. Porque tú sabes, perfectamente, que los concejales necesitan sus horas de esparcimiento.
   Por todo lo dicho, Manuela, comprenderás que tenga muchos motivos para no creer que tú seas la Alcaldesa de Madrid.

Tío Chinto de Couzadoiro
    

2 comentarios:

  1. Cabalgata,
    alpargata,
    cagalgata,
    ¡qué más da!:
    Esta gata madrileña
    quiso agradar a su peña
    y tanto morro le echó
    que, hecho el hecho, la cagó.

    ResponderEliminar
  2. ¡Ja-ja-ja-ja-já! Suena bien lo que dices, amigo Javier. ¡Y además es verdad!

    ResponderEliminar