Ramallets y Coats

     De cuando en cuando, la Factoría Independentista de Cataluña pone en el mercado catalán un nuevo "historiador a la violeta", que, al poco tiempo, nos obsequia con alguna perla, digna de ser engarzada en el collar de la Diosa Estupidina.

     Entre los productos manufacturados de historiografía catalana, puestos por la F.I.C. en el mercado, destaca, por su importancia, don Belarmino Malafollat Repullés, que situó, en el año 798, el nacimiento de Cataluña como nación. A partir de él, y siguiendo su ejemplo, la Factoría Independentista de Cataluña dio salida a tres renombrados historiadores, de reconocido prestigio internacional. El primero de ellos, don Energúmeno Balagué, probó el origen catalán de don Cristóbal, el descubridor del Nuevo Mundo; el segundo, don Teofrasto Fontanals, demostró que la mística andariega, Teresa de Jesús, dio sus primeros pasos en Cataluña; por último, don Sidonio Puigdemont, aportó las pruebas irrefutables del nacimiento, en Palamós, del Príncipe de las Letras Castellanas, Miguel de Cervantes.

   Pero todo lo anterior, con ser mucho, resulta, en verdad, irrelevante, si lo comparamos con un hallazgo de don Policarpo Ramallets y Coats, que hará que se conmuevan, muy pronto, los cimientos de la ciencia bíblica. Después de semana y media de ardorosa investigación, don Policarpo ha logrado reunir, sin que le tiemble el bisoñé, las pruebas concluyentes de que Adanet y Eveta, nuestros primeros padres, eran hijos, respectivamente, de un tonelero de Mataró y de una costurera de Manresa. 

Tío Chinto de Couzadoiro