El día 8 de octubre de 2008 escribí un poema, dedicado al 11-M, que, recitado por mí en diferentes tertulias literarias de Madrid, provocó mi expulsión de la que tiene lugar en el Círculo de Bellas Artes. Lo publico ahora en esta tribuna, precedido de las palabras que le sirven de preámbulo, para que se tenga idea clara del grado de persecución a que se ve sometida, en ciertos ambientes culturales, la libertad de expresión.

Dos días después de aquel terrible 11 de marzo, muchos formaron rebaño, en plena jornada de reflexión, para exigir al Gobierno la verdad de lo ocurrido. Me pregunto dónde están hoy. El día 11 de cada mes, unos llamados Peones Negros, que, de verdad, quieren saber quiénes se encuentran detrás de aquella matanza, acuden a la estación de Atocha, con ánimo de honrar a las víctimas de tan tremendo atentado. En ellos pensaba cuando, en octubre de 2008, escribí estos versos. Me encantaría tener la oportunidad de recitárselos a Zapatero; pero no a solas, sino en un abarrotado Congreso de los Diputados, ante mil cámaras de televisión, en nombre de las víctimas del 11-M.


Fernando Lago

Poema dedicado al 11-M

lunes, 2 de abril de 2012

Zapatilla de Zapatillas




     La política es el arte de cometer errores, y cargarle el mochuelo al pueblo; un arte que requiere, con demasiada frecuencia, el concurso de auténticos malhechores.
    España es hoy -a juicio de algunos artistas de la política, pertenecientes, a no dudar, a la categoría de los malvados- una nación de naciones; algo así como una zapatilla de zapatillas, que podrá ser cualquier cosa -una sursufosca, un atortufillo o una parfincela-, pero que, desde luego, no es una zapatilla. A los ojos de un imbécil, sin embargo, una nación de naciones no deja de ser una nación.
   Dado que el problema de España, como nación de naciones, no puede ser abordado más que con humor burlesco, mi buen amigo Lajo Demos, colaborador de esta tribuna, cogerá muy pronto cada nacionalismo por los cuernos -digo cada nacionalismo, no a cada nacionalista-, en una serie de artículos periodísticos, que, bajo el muy sugerente título de "Zapatilla de Zapatillas", nos mostrará la arrastrada vida de las "naciones" españolas. 
   Porque esta tribuna se declara defensora de la nación española, y, desde la humildad, proclama su creencia en una España que sea Una, Grande y Libre. Duela a quien duela. Pese a quien pese. 

  
Tío Chinto de Couzadoiro


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14 comentarios:

  1. Creo en el "España, Una, Grande y Libre" como ideario. Lo otro es simple dialéctica zafia.
    Saludos cordiales

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    1. Me alegra saberlo, amigo Xesús. Los tiempos que corren exigen que, quienes creemos en esa España, lo declaremos públicamente, sin complejo alguno, con voz muy alta. Los imbéciles pensarán que somos franquistas, y nos llamarán fachas, fascistas y algunas lindezas más; yo lo que creo es que Franco, como nosotros, quiso lo mejor para España. Eso es todo.
      Un cordialísimo saludo.

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  2. ¿Y qué tiene de malo una , grande y libre..? El que tenga complejos o sea un nostálgico frente populista que se mude a Cuba y ya está.

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    1. Eso me pregunto yo, amiga Candela. Lo que pienso, a este respecto, queda resumido en lo que digo a Xesús. No es que yo sea franquista; es que Franco creía en lo que yo creo.

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  3. Creo que podrá coger a cada nacionalismo por los cuernos y también a cada nacionalista, jijiji.
    Saluditos.

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    1. No dudo, ni por un momento, amigo Zorrete, que el amigo Lajo Demos hará bien su trabajo. Pronto lo veremos.
      Un cordial saludito.

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  4. Para Que España sea grande y libre,Sera necesario acabar con las Autonomias y los jefecillos que mandan alli,un saludo.

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    1. Quiero creer, amigo Agustín, que esa idea -la de que España no va a ninguna parte con sus autonomías- está calando en la sociedad. ¡Afortunadamente!
      Un cordial saludo.

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  5. Puede coger de los cuernos a todo nacionalista de paso y apretar fuerte.

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    1. Confiemos en Lajo Demos. Es un español de pura cepa, amigo Mamuma, y sabrá agarrarlos por lo más sobresaliente...

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  6. Somos el producto de la degeneración de un modelo de Estado imposible:diecisete reino de taifas insostenibles que rompen las costuras de lo que es una única nación, un país.
    O se vuelve a los orígenes, o esto implosionará más pronto que tarde.

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    1. Uno está tentado de pensar, amiga Natalia, que el grado de delincuencia de una persona puede medirse, hoy, por su aceptación, más o menos entusiasta, del estado de las autonomías. Creo, como tú, que son insostenibles, y que la solución es acabar con ellas.

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  7. Las esperamos impacientes (sin olvidarnos del todo de Pepiño y el payés tontucio)

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    1. Ja-ja-ja-ja-já. Esa impaciencia, Maribeluca, obliga al amigo Lajo Demos a esmerarse. Confío en volver pronto con las andanzas de Pepiño... y el payés tontucio.

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