Haciendo gala de su profundo amor a la verdad, Nabocorto y Chochofrío nos hablan del éxito alcanzado con la huelga general. Los micrófonos colocados ante ellos hacen el efecto de unos orinales que recogieran sus aguas menores. La flojedad de Nabocorto transmite su convicción de que el número de participantes triplicó lo previsto; la tristeza de Chochofrío predispone a creer en sus palabras. Nabocorto da la cifra de 94 millones de huelguistas; Chochofrío puntualiza que en ese dato no se incluyen los huelguistas de Andalucía. Como remate de su intervención, Nabocorto y Chochofrío, castelares de famélica legión, se ponen sobre la mesa, se toman de las manos, y, dando vueltas y saltitos, entonan esta canción que provoca el delirio de la masa sindical:
Al corro de la patata
comeremos mariscada,
como comen los señores,
percebitos y salmones.
¡Achupé, achupé,
sentadito me quedé!
Lajo Demos
Hola, Chinto:
ResponderEliminarCreo que ha retrocedido todo el país. Pero como muy bien había presagiado Montoro, humorista de la Razón, las marisquerías abiertas. Sí, para el auxilio del "guerrero".
Saludos cordiales
Son tan sinvergüenzas, amigo Xesús, que, habiendo nacido, como sindicatos, para defender al trabajador, viven, como propietarios, a costa de él. Mayor hipocresía no puede darse. Y, por estar de más, ya que no luchan por los derechos del obrero, una primera medida debe ser cortarles toda subvención.
EliminarUn cordial saludo.
Huele a dinosaurio en extinción
ResponderEliminarA ver si es verdad, Maribeluca, que no queda ni uno. Un buen paso, el primero, será dejarlos sin subvención. Saldremos ganando todos; incluso ellos, que podrán mirarse al espejo sin avergonzarse.
EliminarNabocorto y Chochofrío??? jajaja!!!
ResponderEliminarPero si en España no hay 94 millones de habitantes...
¡Qué más da, Candela! Según esa tropa, aquí debe de haber más huelguistas que españoles. Ya sabes, hablar por hablar.
EliminarLas masas con sus banderas rojas desplegadas al viento dan miedo; tanto miedo o mas que los vándalos perroflautas que queman contenederos en la calleborroca de Barcelona.
ResponderEliminarLa situación que se está creando, amigo F.J.eugenio, me parece inquietante. El Gobierno debe emplear mano dura en estos momentos, porque, de no hacerlo, la mano tendrá que ser durísima en poco tiempo.
EliminarUn cordial saludo.
En honor a la verdad. ¿En honor a queeeee?. ¡Amos anda no jadais!, jajajaj.
ResponderEliminarYo ya lo saben algunos, he sido sindicalero y el piquetero no se engaña a si mismo. Sabes bien por donde te andas y lo que te mercas. Por poner un ejemplo por mi barrio, uno de sus bastiones ni aparecieron para calentar el cotarro ni por supuesto el día de la huelga, se concentraron en el centro y en cuatro sitios mas, eso sí con muchas cámaras. En la Barcelona de aguas claras y limpias no vi por televisión ni un solo trabajador quemando nada, eran todos perroflautas, antisistema, vagos y okupas. Socialmente están acabados, cuanto mas acabados estén mas mafia.
Saluditos.
No sabía yo, amigo Zorrete, de tu pasada actividad sindicalera; pero estoy seguro de que tu manera de actuar sería otra. Llevarías el saludito por delante.
EliminarPienso que los sindicatos, si de verdad nada tienen que ver con los antisistema, deben decirlo claramente. Eso a parte, la clase sindical, dado su elevado coste y su improductividad, debe desaparecer cuanto antes.
Un cordial saludito.
De eso hace mucho tiempo, siglos, vamos en el siglo pasado. Entonces se llevaban panfletos explicativos y no se iba en manada. Antes de salir el responsable --en mi caso por ejemplo-- se hacia un cacheo digamos amistoso, no se permitía llevar ni una bandera o pancarta que tuviera el pago demasiado grueso. No se trataba de intimidar si no de informar. Ahora se trata de lo contrario, todo el mundo esta informado pero sin la intimidación que empieza en los transportes públicos y sigue en los grandes centros de distribución no pararía ni el tato.
EliminarSaluditos.
Me encanta lo de Nabocorto y Chochofrito.
ResponderEliminarJa-ja-ja-ja-já. Frito no, amigo Mamuma, ¡frío!
Eliminar