De la clase política que tenemos en España, sólo espero un rasgo de dignidad. El de reconocer su infinita mediocridad. Sólo espero de ella la humildad necesaria para ver que su incompetencia, cuando no su perversidad, nos ha llevado al punto de no retorno en que hoy nos encontramos. De nuestra ínfima casta política, sólo deseo que, a la soberana voz de mando del pueblo, que le ordena romper filas, responda con su pronta desaparición.
Barlovento Maciñeira
Conselo a Maciñeira: Se compre un sofá de tres plazas y espere tumbado. A los españoles no los sacan de su siesta así nos caiga la bomba de neutrones.
ResponderEliminarYa sabes, amiga Candela, que quienes escribimos utilizamos, con mayor o menor fortuna, recursos retóricos, con determinado propósito, a sabiendas de que tal fin no podrá alcanzarse. Una pregunta, colocada hábilmente en el lugar adecuado, se convierte en una rotunda afirmación.
EliminarPuedo decirte que el amigo Barlovento dispone ya de una hamaca que, tendida entre dos eucaliptos, le permite tomarse con calma la desaparición de nuestra casta política. De momento, Candela, no me parecería poco -ja,ja,ja,ja,já- que la hamaca soportase el mucho peso de Barlovento.
No te van a hacer caso... Como no los echemos... A la fuerza... Estos no se van ni con flit...
ResponderEliminarLo sé, amigo Orwell. Maciñeira es un idealista incorregible. Pero, cuando la cruda realidad nos ofrece un futuro espantoso, ¿qué otra cosa mejor se puede ser? En el fondo, también Barlovento sabe que habrá que echarlos por la fuerza. Un gran primer paso sería acabar con el régimen de las autonomías.
EliminarVas dao, majete.
ResponderEliminarPor otra parte, si ellos se van, otros vendrán (y no necesariamente mejores)
Uuuf, qué deja vu y cómo me recuerdan algunas cosas a la "primavera" árabe...
Pienso que eso es lo terrible, Maribeluca. Que, en el supuesto improbable de que lográsemos acabar con estos políticos, aparecerían otros que, en poco tiempo, mostrarían los mismos vicios. ¡Está todo demasiado podrido!
EliminarJijiji que optimistas, o mas bien optimiXta. Estos no tienen la disciplina y el honor que hacen falta para romper filas a la voz de "ar".
ResponderEliminarCuando era cabo me salía muy bien esto del "ar", sobre todo el rompan filas que en el ejercito siempre sienta bien, pero a estos les sentaría como a la zorra los perdigones.
Saluditos.
El amigo Barlovento conserva aún una buena carga de idealismo, con la que hace frente a esta vida rastrera que hoy se nos hace vivir. Sabe -lo sabemos todos- que difícilmente sucederá lo que él pretende, pero...
EliminarUn cordial saludito.
Tío Chinto, confundes Españistán con Japón. Me temo que no se nos arregla.
ResponderEliminarMe parece que no. Y Barlovento Maciñeira piensa lo mismo que nosotros. Pero su noble idealismo lo lleva a mantener abierta la puerta de la esperanza.
EliminarDignidad,Y eso como se come diran los de la casta politica,un saludo.
ResponderEliminarNo es ya que no sepan cómo se come la dignidad; es que ni siquiera la han olido. La dignidad es algo ajeno por completo a nuestros políticos. ¡Una verdadera pena, amigo Agustín!
EliminarUn cordial saludo.
me faltaba el comentario:53 ¿Soberanía...Libertad?
ResponderEliminarLas palabras de Mariano Rajoy el pasado fin de semana en Sitges podrían no ser absurdas si se analizaran aisladamente y sin comparación alguna, sea esta histórica o presente.Pero si las ponemos en una probeta para su análisis comparativo resultan de vomitiva villanía.
No es la primera vez que Mariano Rajoy hace bueno el principio marxiano de que "estos son mis principios y si quieren tengo otros", y que Rajoy en su alocada brújula ha bordado casi con literalidad en alguna ocasión.
En Sitges el hombre que arrastra las s apeló a la pérdida de soberanía en favor de Europa para salir de este estado de ruina [ aunque no le llamó así a la crisis] Y ayer en el Senado también apeló a las competencias fiscales y bancarias uniformes en el seno de la Unión Europea.
"Mariano,soy Groucho Marx y permíteme que no me levante, porque estoy tumbado,sí,en mi tumba.Naciste tarde para formar parte de mi cuadrilla de hermanos y deleitarnos con tus gansadas.No sé como apelas a perder soberanía del Estado para salir de la crisis y pretender uniformidades fiscales con los otros Estados de la Unión, cuando en el vuestro no sólo se mantienen ancestros fiscales incomprensibles sino que no se zanja de raíz la reivindicación permanente de especificidades fiscales , como hace Cataluña con el cacareado pacto fiscal. Para uniformarse hacia el exterior hay que empezar estándolo en el interior.
Pero lo peor es que ni tú ni nadie de la insulsa casta política propia o enemiga os dais cuenta de esa antítesis de principios entre la uniformidad hacia afuera y el incólume mantenimiento de los dogmas autonómicos y de las diferencias regionales.
No pensáis que la soberanía, que viene a ser la libertad de acción de un Estado, es un trasunto macro de la libertad individual a nivel micro.Luego lo mismo que se invoca menguar aquella por interés general, también podría invocarse limitar la soberanía individual por interés general.No hace falta que digas más; el Dictador también menguó libertades políticas individuales o colectivas por el interés general, y lo hizo al final no sine die,sino a plazo.
Sí, Mariano sois ejemplares marxianos y en cuestión de principios desde luego no sois unos fanáticos, os da igual una cosa que la contraria."
A disciplina extranjera.-
Pero hay algo peor que confesar el deseo de la "adhesión al IV Reich", es someterse a disciplinas extranjeras de directrices secretas y no publicadas. La asistencia a la reunión anual del Club Bilderberg de Soraya Sáenz de Santamaría del 31 de mayo al 3 de junio en Chantilly, Virginia, en Estados Unidos, exige una explicación de en calidad de lo que la Vicepresidenta acude a la reunión de esa asociación parasecreta, no sea que las conclusiones que allí se saquen impliquen directrices que los asistentes se comprometan a llevar a cabo o intentar que se lleven a término.
Si la vicepresidenta del Gobierno comprometió en algo su palabra es algo que se debe saber.
El artículo, traído ahora como comentario, me permite leerlo por segunda vez. Y valorarlo como se merece.
EliminarDe todos modos, debo decir que no veo su relación con el contenido del mío, para justificar su inclusión como comentario.
Me parece que más vale que el Sr. Barlovento vaya tomando asiento, Tío Chinto.
ResponderEliminarEstas garrapatas no se van ni con alcohol... y de vergüenza torera, nada de nada.
Antes desaparece el pueblo, amigo mío.
Un abrazo.
Yo creo, amigo Herep, que, en el fondo, mi amigo Maciñeira también lo piensa; pero su fuerte personalidad idealista lo lleva, en ocasiones, a la ensoñación. Es una forma de evadirse de la trágica realidad que vivimos.
ResponderEliminarUn cordial abrazo, y un buen fin de semana.